Rahul Mittal
La tuberculosis (TB) es la enfermedad infecciosa más común y mortal asociada con una mortalidad y morbilidad significativas [1,2]. La TB es la segunda causa más alta de mortalidad por un agente infeccioso, representando 2 millones de muertes cada año [3]. Hay más de 9 millones de casos nuevos de TB cada año en todo el mundo, y la incidencia está disminuyendo solo a una tasa de menos del 1% por año [4]. Mycobacterium tuberculosis (M. tb) es el agente causal de la TB, que se transmite a través de gotitas de aerosol que son inhaladas por el huésped y depositadas en el pulmón, que se convierte en el reservorio de la infección [5-7]. Un aumento reciente en las cepas resistentes a los antibióticos de M. tb ha complicado aún más el tratamiento de esta enfermedad mortal [8-11]. La falta de comprensión sobre la patogénesis de la enfermedad ha obstaculizado el desarrollo de estrategias preventivas efectivas contra esta enfermedad mortal.