Wendy Yang y Jianxiang Zhong
Los estudios muestran que, tan sólo en los Estados Unidos, aproximadamente 8 millones de personas padecen enfermedades vasculares periféricas y aproximadamente 26,6 millones padecen enfermedades cardiovasculares. En este informe se analizará el uso de dispositivos de laboratorio en un chip y vasos sanguíneos artificiales como prótesis vasculares y se compararán las ventajas y desventajas de ambos métodos para medir la eficacia relativa y las posibles aplicaciones en los campos de la angiología y la cardiología. Los dispositivos de laboratorio en un chip, máquinas que funcionan a escala líquida de micro o nanómetros y manipulan el flujo sanguíneo y la tensión de corte, pueden utilizarse como prótesis compactas a largo plazo para vasos sanguíneos más pequeños. Los vasos sanguíneos artificiales, fabricados por el hombre, ya sea a partir de células o de material sintético, son cada vez más eficaces cuando se hacen más grandes. Algún día, ambos métodos podrán contribuir a salvar vidas y eliminar las enfermedades vasculares.