Lamberto Re
En los últimos años, el uso del ozono (O3) en medicina ha recibido mucha atención. A pesar de su enorme difusión, todavía persiste cierta confusión en cuanto a su potencial toxicidad como oxidante fuerte. Aunque su uso como remedio seguro en el campo médico se ha descrito desde el siglo pasado, esta confusión todavía representa un factor importante que impide su plena aceptación. Además, el uso de la ozonoterapia (OT) en especialidades tan diferentes como la neurología, la ortopedia, la medicina interna, la medicina deportiva, la dermatología, la endocrinología y otras dificulta la colocación de la OT como una única rama especializada. En este contexto, la aparente red heterogénea de enfermedades en las que la OT parece ser activa se asemeja a las propuestas para la vía del factor nuclear (derivado eritroide 2) similar a 2 (NRF2). Este hecho, extremadamente interesante desde un punto de vista puramente farmacológico, puede causar conflictos entre los diferentes campos de aplicación y las diversas áreas médicas. En nuestra opinión, con el objetivo de explorar la complejidad de la actividad terapéutica de la OT en el campo médico, se deben diseñar nuevos protocolos clínicos.