Hiba M. Radwan
Las moscas son conocidas por sus molestas picaduras que afectan a los seres humanos y a los animales. También pueden transmitir enfermedades infecciosas e invadir profundamente los tejidos vivos, causando amputaciones, desfiguraciones y, raramente, la muerte. Las moscas pueden servir como vectores mecánicos para organismos que causan enfermedades infecciosas como la shigelosis y la leishmaniasis. También pueden poner sus huevos en la carne humana, y sus larvas en desarrollo, o gusanos, pueden invadir los tejidos subcutáneos y penetrar en las cavidades corporales externas, como las órbitas, las orejas y las fosas nasales. La miasis es una de las enfermedades que pueden ser causadas por la invasión de tejidos viables o necróticos por las larvas de las moscas dípteras. La presentación clínica más común es la miasis furuncular (cutánea superficial); otras manifestaciones incluyen miasis cavitaria (atrial o invasiva), intestinal, urinaria y vaginal. La principal modalidad de tratamiento curativo para la miasis es la eliminación de la larva intacta. Una serie de métodos han dado buenos resultados, como la oclusión de la abertura, por ejemplo, con recubrimientos oclusivos de vaselina u otros, y la extracción suave de la larva intacta cuando protruye su abdomen para alcanzar el aire. A veces puede ser necesaria una intervención quirúrgica. Junto con la extracción de las larvas, las heridas de miasis deben limpiarse y desbridarse de forma conservadora; administrar profilaxis antitetánica y tratar las infecciones bacterianas secundarias con antibióticos. La prevención de la miasis incluye minimizar el entorno de reproducción preferido de las moscas y seguir diferentes modalidades para prevenir las picaduras de moscas o larvas.