Fabricio Pezzani
La historia se repite en el tiempo porque el alma humana nunca cambia, sino que oscila continuamente entre el bien y el mal. El libre albedrío en la toma de decisiones inciertas es la cuerda floja por la que caminamos, la dificultad de comprender si nuestras acciones son correctas o incorrectas, y si buscamos el bien o el mal. En este sentido, la historia del hombre tiende a repetirse cíclicamente, porque las sociedades humanas se identifican de manera diversa con Caín o Abel. La historia de las sociedades y las civilizaciones está vinculada a su nacimiento, desarrollo, decadencia y muerte. El hombre se enfrenta perpetuamente a contextos ambientales cambiantes y el potencial para el crecimiento y el desarrollo de una sociedad reside en su capacidad de enfrentar creativamente los desafíos y responder a las nuevas demandas de la historia.