Nuri Gueven
Las neuropatías ópticas se asocian frecuentemente con disfunción mitocondrial y la pérdida de visión asociada tiene un impacto grave en la calidad de vida del paciente. Nuestro conocimiento de la progresión de la enfermedad de uno de los trastornos mitocondriales más frecuentes, la neuropatía óptica hereditaria de Leber (LHON), junto con los resultados de ensayos clínicos recientes, podrían proporcionarnos nuevos conocimientos que son relevantes no solo para la progresión de la enfermedad sino, lo que es más importante, también para la intervención terapéutica. Una de las características cruciales de la LHON es la recuperación ocasional de la visión en algunos pacientes. Este proceso raro y espontáneo resalta que la ceguera en pacientes con LHON no es irreversible per se y sugiere que este proceso podría ser inducido potencialmente por una intervención farmacológica. Sorprendentemente, se ha informado de una recuperación espontánea de la visión en algunos pacientes varios años después del inicio de la enfermedad, lo que indica la presencia de una ventana de tiempo prolongada donde la recuperación aún es posible, antes de que con el tiempo la pérdida terminal de neuronas retinianas haga imposible la recuperación visual. Varios estudios recientes y alentadores sobre la LHON y trastornos relacionados respaldan esta visión y extienden este modelo a otras neuropatías ópticas que no están asociadas con una recuperación espontánea. Este concepto brinda esperanza no solo a los pacientes con neuropatía óptica mitocondrial, sino también a los pacientes que sufren uno de los principales trastornos oculares, como el glaucoma.