Desalew Jember, Bereket Duko y Getnet Mihretie
Antecedentes: El trastorno disfórico premenstrual (TDPM) es el trastorno psiquiátrico más prevalente, pero en gran medida desatendido. Los síntomas somáticos en mujeres con trastorno disfórico premenstrual son lo suficientemente graves como para afectar notablemente las actividades diarias habituales. Los factores como la edad, el nivel educativo, los ingresos y la residencia son los más frecuentemente asociados con él. Hay pocos estudios realizados sobre la prevalencia del TDPM y sus factores asociados en Etiopía. Objetivo: Evaluar la prevalencia y los factores asociados del trastorno disfórico premenstrual entre los estudiantes de la Escuela de Formación Técnica y Vocacional de Asossa en Asossa desde el 12 de mayo hasta el 12 de junio de 2015. Métodos: Se realizó un estudio transversal de base institucional. Los datos se recopilaron mediante un cuestionario autoadministrado sobre síntomas sociodemográficos, obstétricos y ginecológicos, de sustancias y de TDPM utilizando un cuestionario estructurado y una herramienta de detección que se utiliza para obtener un número total de 520 muestras entre los estudiantes de la Escuela de EFTP utilizando la técnica de muestreo aleatorio simple. Los datos se examinaron utilizando estadísticas descriptivas y regresión logística, razones de probabilidades (OR) e intervalos de confianza del 95% (IC del 95%). Resultados: La edad media de los encuestados fue de 20,5 (± 2,6). La magnitud del trastorno disfórico premenstrual fue del 26,8%. Cuando ajustamos el efecto de las posibles variables de confusión, las que tenían un ciclo menstrual irregular (AOR = 1,36, IC del 95%, (1,82, 2,25)), dolor menstrual (AOR = 1,41, IC del 95% (1,09, 1,83)) y las que no usaban métodos de planificación familiar (AOR = 1,92, IC del 95%, (1,08, 3,42)) tenían más probabilidades de tener trastorno disfórico premenstrual en comparación con sus contrapartes. Conclusión: La magnitud del trastorno disfórico premenstrual fue alta (26,8%). El dolor menstrual, la irregularidad menstrual y el no uso de métodos de planificación familiar tuvieron una asociación significativa. Es necesaria una detección temprana y una intervención en centros de atención primaria de salud.