Abstracto

Prescripciones de inhibidores de la bomba de protones que no cumplen las recomendaciones

Bosshard T, Pérez J, Pereira B, Beytout J, Dubray C, Sautou V y Lesens O

Contexto: En 2013, los reembolsos por inhibidores de la bomba de protones (IBP) ascendieron a casi 530 millones de euros en Francia. El uso de IBP estuvo sujeto a recomendaciones oficiales en Francia en 2007 y 2009. Sin embargo, seis años después, se siguen prescribiendo principalmente para usos no aprobados. Este estudio intentó arrojar luz sobre la prevalencia de prescripciones de IBP no conformes en nuestra institución.

Pacientes y métodos: Estudio observacional, descriptivo y transversal de un día de duración en el que se incluyeron todos los pacientes que recibían al menos un IBP, en todas las salas de hospitalización convencional y de cuidados intensivos de un centro hospitalario universitario. Se excluyeron las salas de hospitalización de día y de semana, el servicio de urgencias, así como la sala de hospitalización y cuidados de corta estancia. Además de los datos demográficos, se evaluó la comorbilidad según el índice de Charlson. Se registraron los medicamentos que podrían interactuar con los IBP.

Resultados: En total, participaron 26 salas y se evaluaron 519 pacientes, 198 de los cuales (38%), con una edad media de 67 ± 13 años, estaban recibiendo un tratamiento con IBP, incluidos 113 hombres (57%). La puntuación media de Charlson fue de 1,7 ± 2. Entre estos 198 pacientes, 50 (25%; IC95%: [19-32%]) estaban tomando IBP de acuerdo con las recomendaciones oficiales para la mejor práctica clínica, y 126 (63%) estaban recibiendo además al menos un tratamiento conocido por causar interacciones farmacológicas con IBP. Para todas las salas incluidas, los gastos en IBP ascendieron a 31,57 euros por día de estudio.

Conclusión: Más de uno de cada tres pacientes hospitalizados (38%) recibía un IBP (el 23% lo tenía al llegar). Si bien más de la mitad de las prescripciones presentaban interacciones farmacológicas potenciales, solo el 25% de ellas cumplían con las recomendaciones de buena práctica clínica. El número significativo de estas prescripciones puede explicarse por su bajo coste, la imagen de buena tolerancia de la que gozan, la falta de información sobre los efectos secundarios y las interacciones farmacológicas, el miedo a dejar de administrar IBP con la consiguiente aparición de úlceras pépticas, así como la falta de voluntad para cuestionar una prescripción que carece de una base científica adecuada. Por tanto, los prescriptores deben estar mejor informados.

Descargo de responsabilidad: este resumen se tradujo utilizando herramientas de inteligencia artificial y aún no ha sido revisado ni verificado