Roberto Accardi*, Silvia Ronchi, Matteo Cesari, Emanuela Racaniello, Elena De Rosa, Darío Laquintana
El aumento de los ingresos hospitalarios para intervenciones quirúrgicas en sujetos de 65 años o más ha despertado el interés de los cirujanos por el concepto de fragilidad. El objetivo de este estudio es estimar la prevalencia de fragilidad en una muestra de pacientes mayores ingresados en los servicios quirúrgicos.
La fragilidad se definió utilizando el modelo propuesto por Robinson y colegas que refleja el número de déficits que un individuo ha acumulado en diferentes dominios como velocidad de la marcha y fuerza muscular, anemia crónica, comorbilidad, deterioro cognitivo, capacidad para realizar actividades de la vida diaria, desnutrición, síndrome geriátrico de caídas. Los resultados muestran una alta prevalencia de fragilidad (19%) y prefragilidad (34%) en la población estudiada. El deterioro físico (54%), la carga de comorbilidad (29%), la disfunción cognitiva (32%) y la dependencia en las actividades de la vida diaria (28%) caracterizaron en gran medida el fenotipo de fragilidad de nuestra muestra. Dada su complejidad y heterogeneidad, es necesario un enfoque de atención multidisciplinar e integrado para diseñar un plan de intervención personalizado. Esto evitará desperdiciar los beneficios aportados por la intervención quirúrgica debido a una red de apoyo deficiente.