Michele Miraglia del Giudice, Salvatore Leonardi, Francesca Galdo, Annalisa Allegorico, Martina Filippelli, Teresa Arrigo, Carmelo Salpietro, Mario La Rosa, Chiara Valsecchi, Sara Carlotta Tagliacarne, Anna Maria Castellazzi y Gian Luigi Marseglia
La inmunización es una de las medidas de prevención de enfermedades más beneficiosas y rentables. Sin embargo, varias inmunizaciones están asociadas con tasas de seroconversión subóptimas y, por lo tanto, el efecto protector no es óptimo. En las últimas dos décadas, el concepto sobre el uso de bacterias probióticas como nuevos adyuvantes mucosos ha generado mucho interés debido a nuestro mayor conocimiento inmunológico y la disponibilidad de varias técnicas para mejorar las respuestas inmunitarias específicas de las vacunas existentes. Sobre todo en los países en desarrollo, muchas personas todavía mueren cada año por enfermedades prevenibles mediante vacunas, como la neumonía y la diarrea. Hasta la fecha, se ha hecho hincapié en la identificación de nuevos antígenos y adyuvantes de vacunas que induzcan respuestas inmunitarias protectoras más fuertes, así como en el desarrollo de vacunas administradas por vía mucosa. Tendríamos enormes beneficios al permitir la administración segura de vacunas en áreas remotas y podríamos superar la necesidad de múltiples dosis. El mecanismo de acción preciso de los probióticos no se entiende completamente, pero varios estudios animales y humanos han demostrado efectos inmunomoduladores que involucran tanto los componentes humorales como celulares del sistema inmunológico del huésped. En esta revisión se analiza si la suplementación dietética con probióticos orales mejora la respuesta inmunitaria de los lactantes después de las vacunaciones de rutina y también se evalúan los efectos clínicos de los probióticos en adultos. Se necesitan más estudios bien diseñados, aleatorizados y controlados con placebo para comprender plenamente las propiedades inmunomoduladoras de los probióticos, si los efectos ejercidos dependen de la cepa y la edad, y su relevancia clínica para mejorar la protección después de la vacunación.