Minoo Rassoulzadegan1,2,3,4,5*, Ecmel Mehmetbeyoglu1,4, Zeynep Yilmaz1,3, Serpil Taheri1,2,3, Yusuf Ozkul1,2
La creciente carga de un aumento gradual en el nacimiento de niños con autismo ha colocado a este trastorno en el centro de las preocupaciones de los principales laboratorios. Hemos detectado previamente una disminución en los niveles de seis miRNA (miR-19a-3p, miR-361-5p, miR-3613-3p, miR-150-5p, miR-126-3p y miR-499a-5p) en padres e hijos heredados en un nivel inferior. Aquí, sugerimos que la regulación negativa de cada uno de estos seis miRNA heredados de los padres contribuye al desarrollo de los niños con autismo. Comparamos sus niveles de distribución en cada familia entre el niño autista y sus hermanos. Encontramos que la distribución de los niveles de estos miRNA en los hermanos (no diagnosticados con autismo) no siempre es mayor que en los niños autistas, pero sí en niveles variables. Estos datos respaldan un modelo en el que la conducta autista depende de niveles bajos de los seis microARN expresados en niños potencialmente asociados con el síndrome autista (TEA). El vínculo íntimo entre los niveles de microARN y las características conductuales sugiere posibilidades para comprender el circuito básico involucrado en el autismo y, por lo tanto, avanzar en el conocimiento parcial de las funciones cerebrales. Un diagnóstico temprano del autismo ayuda a proporcionar a los niños un entorno propicio para su desarrollo.