Benjamín Casola
La exploración exhaustiva y el diagnóstico preciso de pacientes con antecedentes de psicosis y epilepsia pueden resultar difíciles por numerosas razones. Muchos profesionales tienen que superar problemas específicos de la enfermedad, que incluyen no solo la cronología de la presentación de la psicosis y el historial de convulsiones, sino también cómo la salud conductual de un paciente puede aumentar y disminuir entre o durante grupos de convulsiones, desafíos logísticos relacionados con diferentes equipos de supervisión y, en nuestro caso, cuestiones psicosociales y culturales. Nuestro paciente es un varón de 21 años de Camerún que ha vivido en los EE. UU. desde 2008. Al paciente se le diagnosticaron convulsiones focalizadas a la edad de 9 años y los padres optaron por el tratamiento médico en lugar de la lobectomía. Durante la adolescencia, el paciente supuestamente comenzó a sufrir TDM y fue hospitalizado en el Hospital de Niños de Cincinnati. El paciente se presentó en el Departamento de Emergencias de AU en octubre de 2016 por convulsiones generalizadas presenciadas, supuestamente por quedarse sin medicamentos. En repetidas visitas, el padre del paciente informó que el paciente no se había duchado en meses y tenía un afecto plano y depresivo. El paciente admitió que sufría depresión, con un intento de suicidio previo y un incumplimiento reciente; más tarde fue dado de alta con seguimiento ambulatorio. Diez meses después, el paciente fue enviado a un hospital psiquiátrico para pacientes hospitalizados por comportamiento psicótico y fue tratado por alucinaciones. Fue readmitido unos días después del alta por falta de sueño y mirada perdida, mostrando notablemente un alto riesgo de agresión. Fue readmitido unos días después de su siguiente alta por persistir los síntomas psicóticos. El paciente dejó de cumplir con los rituales religiosos y se quejó de convulsiones aunque su EEG era normal. Finalmente, el paciente comenzó a tomar clozapina y mejoró. Existe una asociación bien conocida entre la epilepsia y la psicosis, con la epilepsia del lóbulo temporal más estrechamente asociada con la psicosis que otras formas de epilepsia. En este caso, hay factores de riesgo adicionales que incluyen la esclerosis hipocampal y la edad temprana al inicio de la epilepsia. En este paciente, hay evidencia sustancial que sugiere una psicosis interictal, dada la demora en la presentación entre los síntomas psicóticos y el inicio de la epilepsia. Este es solo un ejemplo que resalta la conexión entre las convulsiones y la psicosis, sin mencionar la importancia de un curso interdisciplinario en el manejo de estos pacientes.