Suhail Ahmad
La tuberculosis (TB) es una enfermedad infecciosa importante en todo el mundo. La mayoría de los casos activos de TB en humanos son causados por Mycobacterium tuberculosis [1]. Algunos casos en África son causados por Mycobacterium africanum, mientras que Mycobacterium bovis (bacilo bovino) también puede causar TB en personas que consumen leche no pasteurizada [1,2]. La carga mundial de TB sigue siendo enorme. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que en 2018 se produjeron 10 millones de nuevos casos activos de TB y 1,451 millones de muertes, lo que convierte a la TB en una de las 10 principales causas de muerte y la principal causa de muerte por un solo agente infeccioso [3]. Cerca del 87% de los casos de TB se produjeron en 30 países con alta carga de TB y dos tercios de todos los casos en solo ocho países (India, China, Indonesia, Filipinas, Pakistán, Nigeria, Bangladesh y Sudáfrica) [3]. La mayoría de los casos de tuberculosis activa en países con alta carga de tuberculosis ocurren como resultado de una infección/reinfección reciente, mientras que en países con baja incidencia de tuberculosis, suelen surgir como resultado de la reactivación de una infección latente, adquirida unos pocos o varios años antes [2,4,5].