Wolfgang Kopp
En todas las sociedades occidentales, las tasas de mortalidad por cáncer son altas e incluso están aumentando. En marcado contraste, las tasas de cáncer son muy raras e incluso inexistentes en culturas primitivas, como las poblaciones de cazadores-recolectores (HG). Los HG están libres de enfermedades siempre que se adhieran a su nutrición tradicional “paleolítica” baja en insulina. Con la aculturación y la transición a las dietas “occidentales” actuales altas en carbohidratos y altas en insulina (HCHIDs), el cáncer se desarrolla en altas tasas. Este artículo analiza la cuestión de cómo los cambios nutricionales significativos, provocados por la revolución agrícola, pueden causar el desarrollo del cáncer. La evidencia presentada muestra que el cambio de una nutrición paleolítica a una occidental ha provocado perturbaciones metabólicas significativas, como una activación anormalmente aumentada del sistema del factor de crecimiento similar a la insulina, del sistema nervioso simpático y del sistema renina-angiotensina, una mayor expresión de HIF-1α y otros más, todos ellos profundamente implicados en el desarrollo del cáncer a través de la promoción de la proliferación, la angiogénesis, la inflamación, la infiltración de macrófagos, la metástasis y la inhibición de la apoptosis.
Además, los HCHID generan estrés oxidativo que puede causar daño mitocondrial e inestabilidad genómica, y puede interferir con el desarrollo normal de las células madre. Se sugiere que la señalización redox defectuosa desempeña un papel importante en el desarrollo del cáncer: el peróxido de hidrógeno, generado en bajas concentraciones, representa un mediador químico importante en la regulación de varios procesos de transducción de señales celulares, incluido el desarrollo de células madre. El estrés oxidativo puede ser detectado por las células como señalización redox. Se propone que la "señalización redox" defectuosa afecta el desarrollo normal de las células madre mediante la activación sostenida de la proteína desacopladora 2, lo que conduce a la inhibición de la diferenciación ("detención de la maduración"), la proliferación sostenida descontrolada y la glucólisis con alta expresión de hexoquinasa II, características típicas del cáncer. En resumen, se sugiere que una activación anormal relacionada con la dieta de varios sistemas metabólicos, junto con una señalización redox defectuosa, desempeña un papel fundamental en el desarrollo del cáncer.