Jespersen NR*, Lassen TR, Hjortbak MV, Støttrup NB y Bøtker HE
Antecedentes: El inhibidor del transportador de sodio y glucosa 2 (SGLT2), empagliflozina, reduce la mortalidad por causas cardiovasculares. Planteamos la hipótesis de que el mecanismo implicaba una protección directa contra la lesión por isquemia-reperfusión (IR) y una mejor función mitocondrial postisquémica.
Métodos: Examinamos el tamaño del infarto (serie I) y la respiración mitocondrial (serie II) en cuatro grupos de corazones perfundidos aislados de ratas Wistar macho: corazones sometidos a cirugía simulada (grupo simulado), corazones lesionados por IR (grupo IR), corazones tratados con preacondicionamiento isquémico (IPC) mediante ciclos de 2 × 5 min de IR antes de la isquemia sostenida (grupo IPC) y corazones coperfundidos con 2,14 mg/l de empagliflozina 10 min antes de la isquemia sostenida (grupo EMPA).
Resultados: A diferencia de la IPC, la empagliflozina no redujo el tamaño del infarto en comparación con el grupo IR, cuando se administró 10 minutos antes del infarto agudo de miocardio. La empagliflozina mejoró la respiración del complejo I+II postisquémica en comparación con el grupo IR. Esta mejora fue similar a la IPC. A diferencia de la respiración del complejo I mejorada por la IPC, la empagliflozina mejoró principalmente la respiración del complejo II. Los corazones con empagliflozina tuvieron una respiración significativamente mayor en el estado 4 inducido por oligomicina que el grupo de placebo y el grupo IR, lo que indica que la empagliflozina modula la membrana mitocondrial interna.
Conclusión: En conclusión, la empagliflozina no produjo cardioprotección aguda en el corazón aislado perfundido de ratas no diabéticas. La empagliflozina mejoró principalmente la respiración del complejo II y aumentó la permeabilidad de la membrana interna, lo que proporciona una posible explicación de los efectos positivos a largo plazo observados en la disfunción miocárdica posterior al infarto.