Domenico Schillaci
Los estafilococos pueden inducir un amplio espectro de enfermedades infecciosas que se asocian con una morbilidad y mortalidad notables [1]. De hecho, el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA) adquirido en la comunidad y en el hospital es un importante problema de salud que ha creado una necesidad apremiante de nuevas opciones terapéuticas [2]. Es importante destacar que los estafilococos patógenos no solo tienen una capacidad sorprendente para adquirir resistencia a los antibióticos, sino también para formar biopelículas, comunidades bacterianas que crecen en superficies y están rodeadas por una matriz polimérica autoproducida. Esta última característica es probablemente el factor de virulencia más importante de los estafilococos en el desarrollo de la forma crónica de enfermedades infecciosas en humanos, como otitis media, osteomielitis, endoftalmitis, infecciones del tracto urinario, artritis séptica aguda, endocarditis de válvula nativa, infecciones por quemaduras o heridas e infecciones asociadas a fibrosis quística.