Shilpa Reddy Admala, Naveen Kumar Reddy Admala, Lakshmi Garladinne, Sami Chogle
Mientras todos esperamos con ansias la transición hacia la nueva normalidad, la COVID-19 ciertamente ha cambiado la forma en que ejerceríamos la odontología. Mientras las organizaciones de salud globales trabajan incansablemente para establecer pautas para controlar la transmisión, el equipo odontológico debe integrar de manera efectiva estas pautas para establecer prácticas seguras considerando la escasez de armamento disponible. A medida que pasamos con cautela del tratamiento de emergencias a la atención regular, sería importante modificar y reorganizar nuestras oficinas existentes para contener y prevenir mejor las contaminaciones cruzadas del nuevo coronavirus. Incorporar la teleodontología siempre que sea posible, la gestión cuidadosa del equipo de protección personal, el empleo de estrategias para el uso prolongado, la reutilización y la descontaminación de los respiradores, la improvisación de protocolos de desinfección nos permitirán superar de manera efectiva las escaseces existentes y brindar una atención de calidad. También es importante que todos y cada uno de los miembros del equipo odontológico tengan pautas claras sobre cómo manejar a los pacientes con diferentes experiencias de COVID. Estas experiencias pueden variar desde la detección de COVID hasta el trato con pacientes que tienen una infección activa o pacientes que han resuelto la infección por COVID cuando se presentan para recibir atención odontológica, y si surgen situaciones, el equipo debe estar preparado para la autocuarentena. Es fundamental colaborar con los departamentos de salud locales y estatales para comprender mejor las tasas de transmisión de enfermedades locales y seguir las pautas hasta que recibamos datos basados en evidencia.