Abduleziz Jemal Hamido, * Milion Shiferaw
En la actualidad, se reconoce ampliamente que los virus de la influenza aviar constituyen amenazas importantes para la bioseguridad agrícola y la salud pública, y que son una fuente potencial de virus de influenza humana pandémica. Se han reportado infecciones humanas con virus de influenza aviar en Asia (H5N1, H5N2, H9N2), África (H5N1, H10N7), Europa (H7N7, H7N3, H7N2) y América del Norte (H7N3, H7N2, H11N9). Los riesgos directos e indirectos para la salud pública derivados de la influenza aviar no se limitan al virus de la “gripe aviar” altamente patógeno H5N1, sino que incluyen cepas de baja y alta patogenicidad de otros subtipos de virus de influenza aviar, por ejemplo, H1N1, H7N2, H7N3, H7N7 y H9N2. Las investigaciones han demostrado que la pandemia de gripe española de 1918 fue causada por un virus de la gripe H1N1 de origen aviar y, durante la última década, se ha confirmado la aparición de enfermedades mortales en humanos y la transmisión de persona a persona entre personas infectadas con los virus de la gripe aviar H5N1 y H7N7. Nuestra capacidad para evaluar y mapear con precisión los posibles riesgos económicos y de salud pública asociados con los brotes de gripe aviar se ve limitada actualmente por las incertidumbres sobre aspectos clave de la ecología y la epidemiología de los virus de la gripe aviar en las aves y los seres humanos, y los mecanismos por los cuales los virus de la gripe aviar altamente patógenos se transmiten entre aves silvestres, aves de corral domésticas, mamíferos y seres humanos.