Alí Ahmadi
Hoy en día, las organizaciones empresariales juegan un papel decisivo en la sociedad, especialmente en el ámbito de la globalización en el que las consecuencias se han multiplicado exponencialmente en diversas dimensiones, no sólo económicas sino también sociales y medioambientales. Ejemplo de ello son las conductas de la Unión Europea con la explosión de su fábrica en Bhopal, la quiebra de Enron, el escándalo de la leche desnatada en polvo de Nestlé, los vertidos del puerto de Exxon en la costa del Pacífico, o el caso de la deidad griega de las pelotas cosidas por jóvenes de los países de la Unión. Junto a la tardía respuesta de las numerosas empresas farmacéuticas ante la pandemia del sida en el continente y la doble moral de las cadenas alimentarias y de la industria, los electores han perdido la confianza pública y privada de las instituciones.