Hamid Akbari, Javad Javanbakht, Rahim Hobbenaghi, Bahram Dalir-Naghadeh, Abbas Tavassoli, Zahra Kamyabi-moghaddam, Meysam Jani, Sayyad Golami y Mojtaba Rajabian
En abril de 2012, se presentó una cordera de 1 semana de edad para evaluación al servicio de campo en el Centro Hospitalario Docente, Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Urmia con antecedentes de distensión abdominal bilateral progresiva desde el nacimiento. Dos días después del nacimiento, el animal tenía torpeza mental, una tasa de crecimiento pobre comparable a la de un gemelo y distensión abdominal bilateral progresiva. En el examen físico, el animal estaba en malas condiciones corporales y tenía una masa palpable en el abdomen ventral craneal (el abdomen estaba apretado, redondo y doloroso a la palpación) y también la cordera estaba brillante, con poca conciencia y receptiva. La temperatura (37 °C), el pulso (154 latidos por minuto) y la respiración (55 respiraciones por minuto) y el peso eran elevados. Los exámenes histopatológicos revelaron que los riñones agrandados bilateralmente se caracterizaban por túbulos renales en todos los niveles de la unidad de nefrona y se extendían hacia el abdomen ventral craneal. Los glomérulos eran esporádicos, pequeños y a menudo hipoplásicos o atróficos, ubicados dentro de una cápsula de Bowman dilatada. Los quistes renales eran generalmente bilaterales, se presentaban en la corteza y la médula y variaban de menos de 0,5 mm a más de 5 mm de diámetro. Los quistes estaban revestidos por células epiteliales de origen nefrónico. Los estudios macroscópicos y microscópicos fueron similares a la enfermedad renal poliquística autosómica recesiva en humanos y a informes previos de trastornos poliquísticos juveniles en varias especies animales. En consecuencia, se diagnosticó una enfermedad renal poliquística en el cordero Herrik.