Matilde Canelles
La división asimétrica, un proceso por el cual las células madre se dividen para generar la diversidad de tipos celulares que pueblan los organismos adultos, ha sido ampliamente estudiada en la última década. Esto ha llevado a muchos descubrimientos emocionantes que nos ayudan a entender cómo se orquesta este complicado proceso. En 1996, Zhong [1] describió por primera vez este fenómeno en el sistema neuronal de los mamíferos: las células madre segregan el determinante de destino Numb de forma asimétrica, generando así células hijas con diferentes dosis de Numb y diferentes destinos. Más tarde, se ha establecido que una de ellas suele diferenciarse terminalmente, mientras que la otra continúa proliferando y conserva las propiedades de célula madre. La relación entre división simétrica y asimétrica es, por tanto, un medio crucial para mantener un equilibrio entre el número de precursores y células diferenciadas en cada etapa del desarrollo. La división asimétrica se ha encontrado en prácticamente todos los sistemas en desarrollo donde las células madre necesitan proliferar y generar células diferenciadas simultáneamente: cerebro, piel, intestino, glándula mamaria, hematopoyesis de mamíferos (véase [2] para una revisión completa), también en plantas [3] y algas [4]. Este fenómeno es tan omnipresente que el foco de la investigación actual ha pasado de describir su existencia en un sistema determinado a establecer su mecanismo aún enigmático; el descubrimiento de vínculos con el cáncer en Drosophila y la hematopoyesis [5] ha dado impulso a un área de investigación ya muy dinámica.