Siri Muppidi
La probabilidad de recuperación sin discapacidad después de un accidente cerebrovascular isquémico grave se mejora esencialmente con la reperfusión, ya sea mediante terapia con fármacos trombolíticos intravenosos o con trombectomía mecánica endovascular en casos seleccionados. El uso de la trombólisis intravenosa está limitado por la ventana de tratamiento corta y debe evaluarse el equilibrio individual de beneficio y riesgo de descarga intracraneal indicativa. El beneficio es más destacado por períodos de tiempo más cortos desde el inicio hasta la reperfusión, lo que requiere la mejora de las vías clínicas y premédicas. La descarga indicativa es casi segura en los accidentes cerebrovasculares más graves, pero un mayor porcentaje de pacientes quedan libres de discapacidad que los que sufren una hemorragia relacionada con el tratamiento en todos los niveles de gravedad. La hemorragia extracraneal y el angioedema orolingual son complicaciones más raras. La trombectomía mecánica endovascular se puede utilizar en pacientes seleccionados con una gran obstrucción de la vía de suministro demostrada por imágenes. El tratamiento exitoso depende de servicios eficientes que puedan brindar tratamiento dentro de una ventana de tiempo breve en centros con capacidad suficiente para llevar a cabo el procedimiento.