Claude Hughes, Michael Waters, Iyabo Obasanjo y David Allen
La investigación biomédica traslacional contemporánea se esfuerza por pasar de los descubrimientos en modelos (in silico, in vitro e in vivo) a los ensayos clínicos en humanos para desarrollar rápidamente terapias específicas. La toxicología traslacional debe esforzarse de manera similar por identificar terapias aplicables que puedan mitigar de manera segura y eficaz los posibles daños derivados de las exposiciones. Dado que la exposición humana a sustancias químicas, agentes físicos y factores sociales es inevitable, el feto humano está sujeto a efectos que pueden tener consecuencias de por vida. Para aplicar el concepto traslacional a la toxicología del desarrollo, nos guiamos por el modesto número de terapias obstétricas establecidas y aceptadas que se utilizan principalmente para el beneficio fetal. Estas intervenciones obstétricas terapéuticas establecidas o potenciales sugieren que los primeros pasos para probar o implementar terapias de toxicología traslacional del desarrollo durante el período intrauterino y neonatal temprano probablemente se derivarán de opciones generalmente reconocidas como seguras (GRAS). Si vamos a traducir los descubrimientos en materia de salud ambiental en intervenciones seguras y eficaces, debemos afirmar y caracterizar terapias válidas y aplicables, como los tratamientos GRAS y, eventualmente, los “fármacos éticos” para el cuidado protector de estos pacientes jóvenes altamente vulnerables. Podemos crear una cartera de opciones de intervención de salud ambiental segura y eficaz para mejorar la salud humana que incluya tanto la reducción/evitación de la exposición como terapias preventivas/mitigadoras/restauradoras específicas.