Farah Wasaya, Sumera Zulfiqar, Anila Rafiq
El secuestro de niños con fines de explotación sexual y el tráfico de estos hacia otros países es una práctica que se viene realizando desde hace mucho tiempo. Tras ser víctimas de trata y pasar por situaciones de vida extremadamente difíciles, estas víctimas suelen ser intolerables e inaceptables para sus familias y otros miembros de la sociedad. La comunidad las hace experimentar estigma, culpa, prejuicios, soledad, vergüenza, pérdida de identidad y un estatus socioeconómico y de ciudadanía no reconocido. El artículo ofrecerá un debate estructurado sobre las perspectivas éticas sobre si una persona víctima de trata sexual debería o no regresar a la sociedad a la que pertenece. Además, la religión islámica tiene la firme obligación de considerar a toda la humanidad con el mismo derecho a ejercer sus derechos. Para concluir, se podrían implementar múltiples recomendaciones viables para apoyar a las víctimas de trata en una sociedad.