Hayfa Jabnoun-Khiareddine, Riad SR El-Mohamedy, Farid Abdel-Kareem, Rania Aydi Ben Abdallah, Mouna Gueddes-Chahed y Mejda Daami-Remadi
Se evaluaron in vitro dos inductores de resistencia (IR), quitosano y ácido salicílico (AS), por su actividad antifúngica contra diez hongos fitopatógenos del tomate, es decir, Fusarium oxysporum f. sp. lycopersici, F. oxysporum f. sp. radicis-lycopersici, F. solani, Verticillium dahliae, Rhizoctonia solani, Colletotrichum coccodes, Pythium aphanidermatum, Sclerotinia sclerotiorum, Botrytis cinerea y Alternaria solani. También se investigó el impacto de estos IR, aplicados como empapado del suelo, sobre la severidad del marchitamiento por Verticillium, el marchitamiento por Fusarium y la podredumbre de la corona y la raíz por Fusarium y sobre los parámetros de crecimiento de plantas de tomate cv. Rio Grande. El quitosano (0,5-4 mg/ml) y el SA (1-25 mM) inhibieron el crecimiento micelial de todos los patógenos en el medio de agar dextrosa de papa (PDA) de una manera dependiente de la concentración, y la mayor inhibición se logró utilizando las concentraciones más altas de quitosano y SA. Se detectaron variaciones interespecíficas en la sensibilidad al quitosano y al SA. P. aphanidermatum y S. Sclerotiorum fueron los más sensibles a ambos IR. Los tratamientos individuales con quitosano (4 mg/ml) y SA (10 mM) dieron como resultado un grado variado de protección contra las enfermedades del marchitamiento. Los tratamientos basados en quitosano y SA dieron como resultado reducciones de 42,1-73,68, 60,86-78,26 y 45-50% en la gravedad del marchitamiento, en comparación con los controles inoculados con VD, FOL y FORL y sin tratamiento, respectivamente. Todos los parámetros de crecimiento observados mejoraron utilizando IR en comparación con los controles inoculados con patógenos. De hecho, el tratamiento basado en SA aumentó significativamente la altura de la planta, el peso fresco de la raíz y la parte aérea en 17,94, 52,17 y 33,33%, en 23,01, 55,40 y 29,72%, y en 17,72, 50 y 46,84%, respectivamente, en comparación con las plantas inoculadas con VD, FOL y FORL y las plantas no tratadas. Las plantas tratadas con quitosano mostraron un incremento en su altura, peso fresco de la raíz y la parte aérea en 13,81, 62,16 y 38,97%, respectivamente, en comparación con el control inoculado con FORL y sin tratamiento. Los resultados de esta investigación mostraron que SA y quitosano pueden usarse como inductores potenciales de resistencia sistémica adquirida para controlar con éxito las enfermedades fúngicas del tomate en Túnez.