Donald Lobo*
Es difícil determinar cuándo la viruela afectó por primera vez a los seres humanos, aunque las investigaciones sugieren que podría haber aparecido por primera vez durante el Neolítico. La primera prueba fiable de la contaminación por viruela la proporcionan los restos embalsamados de los egipcios, en concreto el faraón Ramsés V (fallecido en 1157 a. C.). La viruela se estableció profundamente en Asia en el siglo VI d. C.