Luigi Antonio Pezone
Con este artículo con un título y subtítulo inusuales pero significativos, simplemente respondo con esta enésima carta abierta a la carta de la Oficina de Patentes italiana que el 04.11.2020, me envió una carta con el siguiente objeto: Demanda n. 102020000000031 Informe de búsqueda enviado para hacerme saber por enésima vez que no puedo hacer mi trabajo como inventor porque sigo violando los principios de conservación de la energía. Mi respuesta, como siempre, es larga y compleja, pero no la leerán porque no han leído nada de lo que he depositado en mis cuarenta y un depósitos de patentes, de lo contrario habrían entendido algo. Esta es la razón por la que respondo con cartas abiertas. Alguien, tarde o temprano, en todo el mundo, comenzará a leer lo que escribo y poco a poco se entenderá que en el planeta Tierra sobre todo los principios de conservación de la energía han sido erróneos. En particular, los termodinámicos: se describen como principios específicos y aislados del entorno circundante. En cambio, la conservación de la energía es otra cosa. Sólo se puede entender estudiando los fenómenos colaterales, químicos, físicos, biológicos, electromagnéticos, producidos por la producción de energía en el mundo real y global. No en sistemas teóricos y aislados de otros sistemas. Los efectos secundarios dependen, sobre todo, de la fuente de energía utilizada. En el mundo real, la conservación de la energía no se produce según las reglas aprendidas de memoria de los tres principios de la termodinámica, sino cerrando todos los ciclos colaterales que abren la producción de energía, independientemente de que se trate de energía térmica, química, mecánica, fluidodinámica, electromagnética. No haber cerrado completamente los ciclos colaterales abiertos significa que nunca hemos respetado los verdaderos principios de conservación de la energía. El abajo firmante, por su parte, en quince años ha descrito en sus patentes ejemplos prácticos de cómo se abren los ciclos colaterales mediante la organización científica del trabajo en las viviendas humanas, en las chimeneas, alcantarillas, depuradoras, centrales térmicas y cómo todos estos sistemas deben estar conectados entre sí para no desperdiciar parte de la energía en el ambiente, que, al no encontrar los componentes interactivos correspondientes, se transforma en contaminación global, que paulatinamente, además de los desastres ambientales, al alterar todos los equilibrios químicos y biológicos naturales, ha producido también gran parte de las enfermedades actuales, especialmente las pulmonares, y los virus que atacan a los humanos y a los animales.