Julia Laín Abril, David W Holt y Richard R Wilson
Los medicamentos falsificados son un problema sanitario mundial de dimensiones pandémicas. Las consecuencias no se limitan a los países menos regulados, sino que también afectan a los más regulados. Conscientes de esta crisis mundial de salud pública , las autoridades gubernamentales están desarrollando entornos más estrictos para impedir la violación de la cadena de suministro legítima. Sin embargo, para proteger la salud pública y concienciar, la cooperación por parte de todos los interesados legítimos y la colaboración de las organizaciones sin fines de lucro son cruciales. El profesional sanitario, como último eslabón de la cadena de suministro y distribución, es responsable de los medicamentos suministrados y debe poder garantizar la calidad y la seguridad para asegurar el bienestar de los pacientes. Proteger la salud del paciente y garantizar medicamentos de alta calidad, seguros y eficaces debe ser la máxima prioridad de los proveedores de atención sanitaria y la industria farmacéutica. Esta breve revisión analiza los esfuerzos y enfoques de diferentes gobiernos de la Unión Europea y América del Norte para abolir la presencia de medicamentos falsificados en el mercado y plantea preguntas importantes para mejorar el papel de los profesionales sanitarios en este importante asunto de salud mundial.