Día de la Independencia
Históricamente, el procesamiento de alimentos se ha centrado casi exclusivamente en aumentar la palatabilidad y la vida útil de los alimentos, garantizando al mismo tiempo su seguridad. Hoy en día, existe una creciente necesidad de examinar tanto su potencial para la salud como su impacto ambiental al mismo tiempo. Cualquier alimento que haya sido alterado durante el proceso de preparación para hacerlo más conveniente, estable en almacenamiento o agradable al paladar se considera un alimento procesado. Sin embargo, se ha prestado poca atención a las consecuencias para la salud pública de los alimentos procesados y no se han realizado estudios más detallados sobre el aspecto público de los alimentos procesados. Por lo tanto, el objetivo principal de este documento fue proporcionar una descripción general de las implicaciones para la salud pública de los alimentos procesados. Los alimentos procesados son más fáciles de comer y cocinar, y ayudan a compensar las deficiencias nutricionales de los alimentos crudos. Los alimentos procesados, por otro lado, plantean preocupaciones sobre los resultados negativos para la salud porque contienen una variedad de aditivos alimentarios y salsas con alto contenido de grasas saturadas, azúcar, colesterol y sodio. El contenido nutricional de los alimentos puede degradarse durante el procesamiento, y los aditivos utilizados en el procesamiento pueden representar un riesgo para la salud pública. Los riesgos asociados con los alimentos procesados están determinados principalmente por el grado en que se han alterado. Las enfermedades no transmisibles son el impacto más común de los alimentos procesados en la salud pública. Algunos ejemplos de enfermedades no transmisibles son la hipertensión, la aterosclerosis, la obesidad, el aumento de peso, los accidentes cerebrovasculares, la depresión, la diabetes tipo 2 y el cáncer. El riesgo para la salud pública de los alimentos procesados se puede mitigar mediante tecnologías de procesamiento de alimentos que modifican y cambian los ingredientes peligrosos de los alimentos procesados, así como también reducen el consumo de aditivos en los alimentos procesados. Para recapitular, el papel de la salud pública en los alimentos procesados incluye la detección de aditivos peligrosos comunes y la evitación de los factores de riesgo de enfermedades no transmisibles que surgen del consumo de alimentos procesados. Se necesita investigación adicional para reducir el impacto y los peligros de los alimentos procesados, ya que los estudios actualizados y posteriores no detectaron sustancias químicas ocultas en los alimentos procesados.