La contaminación de las membranas provoca un mayor uso de energía, una mayor frecuencia de limpieza y una vida útil más corta de la membrana. La contaminación de la membrana generalmente se denomina ensuciamiento. Las condiciones operativas óptimas y el tamaño de los poros para reducir el ensuciamiento de las membranas dependen de la relación entre el tamaño de los poros y el tamaño de las partículas y de las interacciones fisicoquímicas entre el soluto y la membrana. El ensuciamiento de la membrana puede causar una severa disminución del flujo. Existen varios tipos de ensuciantes: coloidales (arcillas, flóculos), biológicos (bacterias, hongos), orgánicos (aceites, polielectrolitos, húmicos) e incrustantes (precipitados minerales)
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