Las enfermedades bucodentales son patologías complejas, derivadas de la intersección de diferentes componentes: la flora microbiana oral (microbioma), factores ambientales y de comportamiento y estilos de vida, la composición genética humana (el genoma), su transcripción y traducción (el transcriptoma, el proteoma, el metaboloma o metabonoma y otros niveles).
Las enfermedades orales están incluidas en la lista de los principales problemas de salud que enfrentan los humanos, y la periodontitis, la caries dental y la candidiasis oral se encuentran entre las enfermedades infecciosas más importantes pero prevenibles. En todo el mundo, entre el 60 % y el 90 % de los niños en edad escolar y casi el 100 % de los adultos tienen caries dentales, lo que a menudo provoca dolor e incomodidad. La enfermedad periodontal (de las encías) grave, que puede ocasionar la pérdida de dientes, se encuentra en el 15 % al 20 % de los adultos de mediana edad (35 a 44 años), y la candidiasis oral afecta a casi el 50 % de la población con VIH positivo. El cuidado bucal influye en la calidad de vida general, y la mala salud bucal puede vincularse a otras afecciones sistémicas. El impacto que tiene el cuidado bucal en una persona ha indicado la necesidad de tratamientos. Sin embargo, la preocupación de los agentes antibacterianos incluye la creciente resistencia desarrollada con el tiempo por las bacterias asociadas a los tratamientos con antibióticos, así como los efectos adversos que tienen algunos agentes antibacterianos dentro de la cavidad oral humana. Por lo tanto, existe la necesidad de desarrollar opciones y tratamientos preventivos alternativos que sean seguros, efectivos y económicos para el uso diario. La búsqueda de productos alternativos continúa y el descubrimiento de fitoquímicos naturales aislados de plantas utilizadas en medicinas tradicionales ha mostrado resultados prometedores.